martes, 26 de abril de 2016

Antihéroe: un poema contracorriente





No quiero ser mártir de tus discursos, 
ni un muerto más de tus altares, 
ni santo del templo de tu odio. 
Mi vida y mi muerte son mías, no tuyas. 
Mi odio es mío. 
Mi vida no es panfleto tuyo. 
Mi vida es un poema. 
Y mi muerte, 
mi muerte es mi única esperanza de vivir, 
de salir volando de mi vida... 
Foto: Francesca Woodman
No eslabón de tus fracasos... 

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Una rara mezcla entre psicólogo, poeta, activista, bloguero y periodista digital que sólo es posible en el siglo xxi. Creador de Asuntos inconclusos
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jueves, 21 de abril de 2016

#PanamaPapers

POR MARCELO COLUSSI



“Robar un banco es delito; pero más delito aún es fundarlo”

Bertolt Brecht
 


Dado que empezamos con una cita de Bertolt Brecht, aprovechemos a recordar una famosa obra suya: Preguntas de un obrero que lee, para hacer lo mismo en el tema que ahora nos convoca: los “Papeles de Panamá”.

En esa poesía, un lector anónimo se pregunta con toda la “ingenuidad” del caso sobre asuntos de importancia capital. Repitamos la operación: “inocentemente”, como neófitos del mundo financiero, preguntémonos qué está pasando con todo esto. ¿Por qué ahora la corrupción pasa a ser el monstruo más terrible que nos ataca? ¿Es cierto eso, o hay “gato encerrado”? ¿Por qué los “Panama Papers” son tan tremendamente importantes?

Barack Obama, presidente de EE.UU. y Vladimir Putin, presidente de Rusia. Foto: REUTERS/Jason Reed

Por lo pronto, veamos quién dice que son tan, pero tan importantes: es la gran corporación mediática global la encargada de deformar nuestra percepción de la realidad. Aquella que hace parte de lo que los estrategas del Pentágono llaman “guerra de cuarta generación” (guerra mediático-psicológica). Esa poderosa industria de la (des)información presenta ahora esta nueva plaga bíblica que es la corrupción.   

Es curioso: el capitalismo actual, en su versión neoliberal global, es estructuralmente mafioso, corrupto, parásito. El capital dominante es el financiero (¡qué acertado el epígrafe de Brecht!). Es decir: el capital parásito, que se mueve desde hace décadas a través de oscuras transacciones bancarias, en muchos casos a través de esa infamia que es la banca llamada offshore, es quien domina el sistema mundial. Los organismos del Consenso de Washington (Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional), representantes de la gran banca capitalista de las grandes potencias, marca el rumbo de la Humanidad. Esos parasitarios capitales han superado con creces al capital productivo (industrial manufacturero, agrario, de la industria de servicios). Los bancos son los dueños de las finanzas globales y, por tanto, son los que realmente deciden la marcha de los acontecimientos.

Junto a esos mafiosos megacapitales, dos de los grandes negocios que dinamizan la economía capitalista son la fabricación y venta de armas (primer negocio a escala planetaria), y la narcoactividad. Los flujos de capital que estas ramas económicas inyectan a las finanzas internacionales son monumentales. En otros términos, las industrias de la muerte (armas para matar: la destrucción de países y su posterior reconstrucción, la fabricación de guerras en cualquier rincón del Tercer Mundo o psicotrópicos para envenenar y cegar vidas) son los principales negocios junto al petróleo (¿otra industria con un buen potencial de muerte?); negocios que se mueven con lógicas corruptas, oscuras, gangsteriles.

¿Quién controla el flujo de armas (desde una pistola personal hasta un portaaviones con energía nuclear)? ¿Por qué los narcotraficantes, los “malos de la película”, nunca son estadounidenses? Si Estados Unidos es el principal consumidor mundial de sustancias psicoactivas, ¿por qué nunca aparecen redes mafiosas de narcotráfico en su territorio? Estudios consistentes dicen que la DEA es el principal cártel de narcotráfico del mundo. Y el narcolavado es una de las actividades financieras más “exitosas” en la actualidad. Y todo eso, ¿no es altamente corrupto? 

Por otro lado, la llamada “desregulación laboral” (traslado de plantas industriales desde el Norte próspero hacia el Sur pobre), maniobra artera que busca mano de obra más barata y exclusión de controles fiscales y medioambientales: ¿no es una práctica infinitamente corrupta? En síntesis: el capitalismo actual se basa cada vez más en prácticas corruptas, mafiosas, infames. ¿Por qué ahora surge esta cruzada mundial contra la corrupción?

La corrupción es una conducta socialmente deleznable. ¿Quién en su sano juicio podría justificarla, mucho menos aplaudirla? Tal como la caracterizó hace algunos años un sínodo de obispos (Ecuador, 1988; caracterización que sigue siendo absolutamente válida al día de hoy), la corrupción es un mal que corroe las sociedades y las culturas, se vincula con otras formas de injusticia e inmoralidades, provoca crímenes y asesinatos, violencia, muerte y toda clase de impunidad; genera marginalidad, exclusión y miedo (…) mientras utiliza ilegítimamente el poder en su provecho. Afecta a la administración de justicia, a los procesos electorales, al pago de impuestos, a las relaciones económicas y comerciales nacionales e internacionales, a la comunicación social. (…) Refleja el deterioro de los valores y virtudes morales, especialmente de la honradez y la justicia. Atenta contra la sociedad, el orden moral, la estabilidad democrática y el desarrollo de los pueblos”. Sin la más mínima sombra de duda, la corrupción es una práctica abominable, como tantas otras que realizamos a diario los seres humanos. Pero, ¿no será una coartada (una más entre tantas) que intenta alejarnos de las verdaderas causas de las injusticias y la exclusión social? La corrupción es consecuencia, ¡no causa! Nunca debemos perder de vista esto.

Como al lector en la poesía de Brecht, me quedan muchas preguntas sin respuestas en este affaire de los “Papeles de Panamá”. ¿No hay agenda oculta aquí? El año pasado, en abril de 2015, se comenzó a desarrollar una furiosa campaña anticorrupción en Guatemala promovida por la “ciudadanía democrática” (así, en abstracto). Ello sirvió para quitar del poder al entonces binomio presidencial de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. Todo indicaría que eso fue un banco de pruebas, un laboratorio para lo que vendría luego: al poco tiempo, la lucha contra la corrupción emergió como una gran cruzada del “espíritu democrático”. Al poco tiempo, esa lucha frontal contra el “cáncer” de la corrupción, elevado a la categoría de nuevo pandemonio universal, dio como resultado una lógica imperial proveniente de Washington: gobiernos díscolos a los dictados de la potencia del Norte comenzaron a verse atacados bajo las denuncias de hechos corruptos. Así fueron sacados del poder Cristina Fernández en Argentina; se bloqueó la posibilidad de reelección de Evo Morales en Bolivia; se prepararon las condiciones para un derrocamiento de Dilma Rousseff en Brasil. Curiosamente, todas administraciones molestas para la geopolítica estadounidense. Y valga agregar que, pese a la “democrática” y “políticamente correcta” lucha contra la corrupción en Guatemala, las cosas no cambiaron en sustancia, porque en el país centroamericano, al menos un 11 por ciento del producto interno bruto se sigue dando por la narcoactividad y el crimen organizado.

Sugestivamente también, si seguimos en las preguntas al modo del obrero lector de Brecht, se denuncian meses atrás casos de corrupción en la FIFA (¿un intento de bloquear el próximo mundial de fútbol en Rusia?). ¿Por qué ahora esta práctica que sigue dominando las finanzas mundiales preocupa tanto? Pero, ¿a quiénes preocupa?

Evidentemente, este “espíritu democrático” anticorrupción cala en la moral común. Atacar a otro por “degenerado corrupto”, reconforta. ¿Por qué no se ataca con similar virulencia el hambre y la explotación, el racismo o el patriarcado? ¿No son todos estos elementos igualmente lacras que deberían desecharse? Acusar de corrupto a otro satisface a una ramplona y morbosa moralina clasemediera. El poder saber implementarla a su favor (los casos de recientes derrotas electorales en los países con gobiernos de centroizquierda a partir del bombardeo mediático contra la corrupción).

El combate monumental contra las prácticas corruptas que parece haberse desatado huele raro. Huele mal, diríamos. En definitiva, puede servir como mecanismo de control político-social. ¿Por qué es corrupto el presidente de Venezuela y no así el de Colombia o el de México (países estos últimos donde, es sabido, la corrupción campea libremente)? ¿Gato encerrado? Tanto revuelo en la corporación mediática global suena llamativo. ¿Acaso terminó la corrupción en Guatemala luego del encarcelamiento del presidente y la vicepresidenta, o puede verse ahora, a la distancia, que hubo un fabuloso montaje mediático?

Ahora aparecen los sugestivos “Papeles de Panamá”. Uno de los principales acusados, o el principal, llamativamente es el presidente ruso Vladimir Putin. Se hace cargo de la investigación el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, instancia que tiene su base en Washington (¿curiosa casualidad?). Y en un santiamén, la noticia de ese estudio panameño: Mossack Fonseca, sospechoso de opacidad, se difunde por todo el mundo (¿otra curiosa casualidad?).

“El escándalo de los llamados 'papeles de Panamá' es un intento de redirigir los grandes flujos financieros de las zonas 'offshores' o paraísos fiscales hacia Estados Unidos”, declaró recientemente el experto financiero alemán, Ernst Wolff, en una entrevista concedida al medio germano Sputnik. Según el analista, es significativo que ninguna empresa estadounidense aparezca en la lista de corruptos. “Lo que está sucediendo ahora es que Estados Unidos está tratando de 'secar' ciertos paraísos fiscales para presentarse a sí mismo como el nuevo y mayor paraíso fiscal del mundo”, afirma Wolff. “En estos 'offshores' hay distribuidos alrededor de 30-40 billones de dólares. Y Estados Unidos, claramente, está interesado en redirigir estos fondos a su país”, indica el estudioso...

www.noticiasdecruceros.com

Por lo pronto, no puede desconocerse que los estados de Nevada, Dakota del Sur, Wyoming y Delaware, en territorio estadounidense, funcionan como paraísos fiscales, rigiendo allí un secreto bancario ilimitado, similar al de Suiza, o al de los enclaves offshore. La jugada podría consistir en intentar desacreditar a los actuales puntos financieros incontrolados (como Panamá y tantos otros países que viven en buena medida de esas prácticas corruptas) para redirigir esos cuantiosos fondos a la economía de la potencia americana.

Maniobra financiera o maniobra política para control de “indeseables peligrosos”, la actual cruzada anticorrupción no parece destinada a terminar realmente con ese tumor canceroso. En realidad, el capitalismo es en esencia un robo legitimado; la corrupción es simplemente un efecto secundario de su estructura. El problema no está en la corrupción, sino en el sistema que la produce... 

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Marcelo Colussi     PLATIQUEMOS UN RATO

Argentina (1956). Estudió Psicología y Filosofía. Vivió en varios países latinoamericanos y desde hace 20 años radica en Guatemala. Investigador social, psicoanalista y además escribe relatos, con varios libros publicados. Foto: aporrea.org

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martes, 19 de abril de 2016

Los ejércitos nos salen caros

POR CHRISTIAN RODRÍGUEZ



Soy antimilitar. Pero eso no significa que sea anti personas militares. Me refiero, exclusivamente, a las instituciones en sí. No tengo nada contra los militares ni sus familiares, me dan pena porque sé que son víctimas y que es posible ayudarles para que se integren en la sociedad civil como ciudadanos y no como casta privilegiada.

El ejército defiende su existencia por razones puramente de lógica medieval: machismo agresivo, represión de los deseos de libertad de cada individuo y exaltación de la xenofobia a través de falsos patriotismos...

teleSUR

Se promocionan de tal manera, que mantienen encandilada a la mayoría de personas con todos esos simbolitos y banderitas que veneran con cancioncitas tan pomposas y pegadizas, que tienen que salir a desfilar, a modo de baile sincronizado, más propio de circos que de una institución con el mínimo de seriedad.

Ningún ejército en el mundo ha servido para algo bueno. ¿Han derrocado gobiernos totalitarios? Pues sí, pero también los han implantado porque los ejércitos no tienen ideología, son tanto de derecha como de izquierda, bailan la canción que les toque quienes están arriba. 

¿Escarmientan a los delincuentes? ¿Es en serio? Hay más posibilidades de que los ejércitos ayuden a crear delincuentes; con su represión, salvajismo y muerte van creando enemigos por todas partes. En los últimos años se ha invertido tanto en militarizar la región centroamericana, al mismo tiempo que la delincuencia se ha disparado, siendo la excusa perfecta para agrandar sus presupuestos. Y es que les conviene que exista delincuencia, maras, narcos, terroristas… son simbióticos; tanto, que muchos militares pertenecen a esas organizaciones criminales y eso no es ningún secreto.

Los más incautos dicen por ahí: “Es que ayudan en los desastres”. Pues claro, en los desastres, todas las personas ayudan, es una condición humana. Cuando ocurren desastres, están ahí ayudando bomberos, vecinos, maestros, albañiles, poetas y hasta charamileros; por supuesto que también llegan militares a “ayudar”, pero son los únicos que, aparte de recibir sueldo y hacer propaganda de su “colaboración”, llevan metralletas en vez de palas, granadas en lugar de medicinas y no prestan ningún servicio de apoyo psicológico; a cambio de ello, reparten patadas... 


Obra del artista visual italiano Blu, mural creado en Italia 

Los ejércitos son instituciones que cuestan demasiado dinero a pesar de que no producen absolutamente nada. En un libro publicado en 1983 por Julio Anselmo Rica, se explica cómo los ejércitos de 25 países (Alemania, Polonia, Unión Soviética y Bulgaria, entre otros) en 1979, se gastaron en armamentos, en maquinaria bélica y en sueldos militares, la absurda y escandalosa cantidad de US$370 mil millones. Esta cantidad hubiera alcanzado, en dólares de ese año, para lo siguiente:

4 millones de casas
300 mil escuelas
100 mil establecimientos para industrias
100 mil hospitales
20 mil universidades
30 mil colegios técnicos
20 mil laboratorios científicos
50 mil jardines infantiles
20 mil hogares para ancianos

Y con toda esa infraestructura, todavía quedarían unos US$405 millones que se pudieran destinar a ayudas sociales (comida, medicina y becas estudiantiles, por ejemplo). Y aún así, sobran unos US$8 mil millones.

Eso, en 1979. En la actualidad, el gasto es mucho mayor. Sólo en Estados Unidos en 2014, se gastaron US$581 mil millones, 4 veces más que Rusia y China juntas.

Y en Guatemala, de los Q2 mil millones anuales (es curioso que lo dediquen a “regalar escritorios” o dar “charlas motivacionales” en Pasos y Pedales, y lo que es peor: sabiendo que allí se va a pasear en bicicleta, patines o a pie, ellos llegan en tanqueta. ¿Se puede ser más muco?), ya me gustaría que respondieran a dónde van a parar esos Q600 millones que les sobra del presupuesto.

Por eso, grandes pensadores, filósofos y científicos alrededor del mundo se han preguntado desde siempre: ¿Realmente es necesario mantener a los ejércitos?

Aquí algunas de estas mentes brillantes como Albert Einstein y otras personalidades famosas e incluso anónimas que, en algún momento, se atrevieron a criticar la sola existencia de los ejércitos, esperando que a quienes las lean les despierte esa chispa de humanidad que nos hace falta para mandar a los ejércitos al carajo...
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“El país no puede vivir sin ejércitos porque todos aceptamos, a priori, 
que el país no puede vivir sin ejércitos”. Sergio Pesutic 
 
“Cuando un estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber”. George Bernard Shaw

“No se puede amar el servicio militar sin detestar al pueblo”. Mijaíl Bakunin

"Inteligencia militar son dos términos contradictorios". Groucho Marx

“No hay mejor camino que rehusarse a hacer el servicio militar. Y para ello se necesita respaldo de las organizaciones contrarias a la guerra... No se debe permitir que a nadie se lo obligue a adoptar un comportamiento criminal". Albert Einstein
 
“En muchas ocasiones se ha optado por militarizar a los civiles, 
pero, ¿se ha intentado alguna vez civilizar a los militares?". Anónimo 
 
“…su uniforme, con todos esos adornos ridículos que distinguen los regimientos 
y los grados, todas esas tonterías infantiles que ocupan buena parte de su existencia y 
les haría parecer payasos si no estuvieran siempre amenazantes; 
todo ello les separa de la sociedad”. Mijaíl Bakunin
 
“Dejar la literatura en manos de los imbéciles es como 
dejar la ciencia en manos de los militares”. Boris Vian
 
“Sometidos a una disciplina despótica, acaban sintiendo horror de cualquiera que se mueva libremente. Quieren imponer a la fuerza la disciplina brutal, el orden estúpido del que ellos mismos son víctimas”. Mijaíl Bakunin
 
“Feliz la madre costarricense que sabe al parir que su hijo 
nunca será soldado”. Anónimo
 
“Podemos imponer la educación de la juventud dentro de un espíritu de 
comprensión entre pueblos y de amor hacia la vida, pero para eso necesitamos 
eliminar el servicio militar". Albert Einstein
 
“Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, 
en plan minorista, la misma tarea que cumplen, 
en gran escala, los generales condecorados por crímenes 
que se elevan a la categoría de glorias militares”. Eduardo Galeano
 
“La guerra es un asunto demasiado grave 
para confiárselo a los militares”. Georges Clemenceau 
 
“La práctica militar se basa en la disciplina 
que se logra a través de la destrucción de la personalidad, 
el criterio y la capacidad de juicio, 
lo que facilita la ejecución textual, efectiva y automática de las órdenes, 
cualquiera sea, a fin de mantener la estructura jerárquica. 
La estructura militar anula el pensamiento individual del ser humano, 
generando personas carentes de voluntad”. Anónimo 
 
“El militar es una planta que hay que cuidar con esmero 
para que no dé sus frutos”. Jacques Tati
 
“La única virtud de los militares es haber inventado la figura del desertor”. Anónimo
 
“La sumisión a la voz de mando no es disciplina, es vasallaje”. Anónimo
 
“Es suficiente agregarle la palabra “militar” para que una palabra 
con significado lo pierda. 
Así, la justicia militar no es justicia, 
la música militar no es música". Georges Clemenceau
 
“Una nación que no pide más que el orden, 
ya es esclava en el fondo de su corazón”. Alexis de Tocqueville
 
“Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales, 
se acerca a la muerte espiritual". Martin Luther King
 
“El Gobierno y el militarismo son instituciones aliadas. 
Al militarismo, lo mismo le da que el que mande sea rey, 
emperador o presidente. 
Su misión es sostener en el poder a todas las tiranías". Librado Rivera
 
“Primero mataremos a todos los subversivos, 
luego mataremos a sus colaboradores, después... a sus simpatizantes, 
enseguida... a aquellos que permanecen indiferentes y, finalmente, 
mataremos a los tímidos". General Ibérico Saint-Jean
 
“No es de extrañar que “militar” sea un anagrama de “limitar”. Anónimo
 
“La mejor inmunización democrática contra el golpismo y la militarización es, 
justamente, reducir a los grupos de presión militares a su mínima expresión; 
trabajar para que llegue pronto el día, por ejemplo, 
en que la opinión de un general sea tan trascendente o 
insignificante como puede serlo la del presidente de un club de yates”. Sergio Pesutic 
 
“El único ejército que tiene nuestro país: 
estudiantes que portan libros y cuadernos impregnados de conocimiento”. 
Diputada Silvia Sánchez Venegas, Costa Rica 
 
“Las madres de los soldados muertos son jueces de la guerra". Bertolt Brecht
 
“Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace 
bendecir sus banderas e invocar solemnemente a Dios, 
antes de lanzarse a exterminar a su prójimo". Voltaire
 
“Si hubiera más escuelas de música que militares por las calles, 
habría más guitarras que metralletas y más artistas que asesinos”. Anónimo
 
“La Humanidad camina hacia la barbarie... 
El 90 por ciento de las víctimas durante la Primera Guerra Mundial eran soldados. 
Ya en la Segunda, la mitad fueron civiles. 
Ahora, el 95 por ciento de las víctimas son civiles". Alberto Navarro
¡Paz!

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Christian Rodríguez      DE SIMAS Y CIMAS

 

Nací en 1976. Crecí en la zona 18.

Para escapar me fui a probar suerte a las montañas (más de 400 ascendidas en Europa, África y América).
Soy guía de montaña titulado en Europa, conferencista, galardonado escritor y fotógrafo. Presidente de Entreamigos-Lagun Artean. Migré a tierras vascas (2009) siguiendo el amor 

 


 


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